Las personas prosperan cuando mantienen relaciones significativas, y las relaciones significativas se forjan gracias a una comunicación de calidad. Esta máxima también aplica a las relaciones laborales, un entorno en el que tenemos margen para mejorar nuestras habilidades blandas, como la capacidad de comunicar efectivamente, y con ellas la satisfacción laboral.
Las conversaciones son el tejido conectivo de las relaciones humanas, por ello una organización saludable que se preocupa por la salud de su equipo requiere un enfoque intencional en la calidad de sus comunicaciones.
En este sentido, el Conscious Business, que surge de la teoría de la responsabilidad social corporativa e impulsa un enfoque basado en valores sociales y ambientales, es un marco propicio en el que desarrollar una comunicación de calidad en la que seamos más conscientes del impacto de nuestras acciones y evitar generar malentendidos, tensiones y rupturas de la comunicación.
El mindfulness aplicado a la comunicación
Esta comunicación consciente aplica los principios de la atención plena que incluyen establecer una intención, estar completamente presentes, permanecer abiertos, no juzgar, y relacionarnos con los demás con compasión. Bebe del mindfulness porque nos ayuda a relacionarnos con la experiencia sin buscar cambiar la experiencia misma, sino la forma en que nos relacionamos con ella.
Hay cuatro obstáculos comunes que pueden desviar nuestra atención del momento presente, lo que interfiere en nuestra capacidad de comprender verdaderamente lo que nos comunican los demás. Estos son:
- Comparar nuestros pensamientos y experiencias con los de otros
- Leer la mente y tratar de predecir lo que dirá la otra persona
- Ensayar lo que queremos decir
- Juzgar lo que dice el otro antes de que haya terminado
Para convertirnos en comunicadores conscientes, debemos evitar concentrarnos en nosotros mismos, interrumpir a los demás, terminar sus oraciones, planificar una respuesta mientras los demás hablan o emitir juicios, para pasar a concentrarnos en la otra persona. Parte de la escucha consciente también implica aprender a sentirnos cómodos con el silencio.
Es decir, una comunicación de calidad pasa por una escucha y habla centrada en cómo responde el otro.
Con demasiada frecuencia, hemos visto organizaciones que sienten que deben controlar el relato. Una estrategia que es más probable que cree miedo, confusión, resentimiento y pocas posibilidades de alineación en torno a la misión, visión y objetivos de la organización. Porque compartir la realidad, y no la posesión del relato, es lo que permite el crecimiento de toda la organización.