La primera impresión es la que cuenta

La introducción es la parte más importante de tu contenido, también la más difícil de crear porque necesitamos despertar el interés del lector para que continue leyendo. Porque la primera impresión es la que cuenta, debemos poner los cinco sentidos a la hora de crear una introducción seductora.

Si no sabes cómo empezar, te dejamos algunas ideas para abordar ese momento clave del contenido llamado introducción.

Comienza con una pregunta. Uno de los recursos más empleados para despertar el interés del lector es plantear una pregunta interesante. Puedes optar por una pregunta incisiva que haga pensar al lector, evitando siempre que sea una obviedad. intenta que la pregunta sea interesante y atrayente.

Cuenta una historia o anécdota personal. El hecho de que el lector se identifique con el autor es una invitación a seguir leyendo. No es necesario contar aspectos íntimos, pero sí algún detalle personal o una anécdota que te lleve a conectar con tus lectores. Prueba a escribir la historia de una forma muy directa, como si se la contaras a un amigo.

Promete desvelar un secreto. ¿Hay algo que despierte más curiosidad que un secreto? Te ayuda a crear expectativas, sobre todo si no muestras el secreto en el siguiente párrafo. Sin embargo, este debe ser revelado.

Comparte un dato relevante o una curiosidad. Una cifra lo suficientemente importante o cruda puede provocar que el lector quiera seguir leyendo.

Haz saber al lector que puede estar haciendo algo mal. A veces, mostrar posibles errores puede ser una buena forma de comenzar un contenido, siempre que no se regañe al lector o se le haga sentir mal. Es una invitación a seguir leyendo con el fin de dar soluciones a lo que está fallando.

Consejos para crear una buena introducción

En cualquier caso, hay algunas normas que te pueden ayudar a conseguir que ese primer contacto con el lector (después del título, claro) consiga su objetivo: que siga leyendo hasta el final.

  • A la hora de escribir, ten siempre en mente a tu lector tipo o ideal.
  • La introducción debe ir en consonancia con el título.
  • No hagas una introducción eterna. Debe ser sencilla, directa, breve e impactante.
  • Si escribes la introducción después de redactar todo el texto, tendrás las ideas más claras y sabrás dónde poner el foco.
  • Crea expectativas, curiosidad… Puedes incluso plantear una pregunta que enganche al lector para después responderla a lo largo del artículo.
  • Evita clichés, frases hechas y definiciones del diccionario.
  • Sé honesto, un consejo que vale para todo el contenido, no solo para la introducción. La honestidad te hará ganar seguidores fieles.

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