Comunicación Interna: ¿En Recursos Humanos o en Comunicación Corporativa?

Antes de realizar una aproximación a esta cuestión veamos algunos datos. Según el estudio sobre el ‘Estado de la Comunicación Interna 2022’ de Dialenga, prácticamente en dos de cada tres empresas (62%), la comunicación interna está liderada por el departamento de Recursos Humanos. Ese porcentaje era del 50% solo un año antes. Por su parte, en el 17% de las empresas -mismo porcentaje que en 2021-, la comunicación al empleado se gestiona desde un departamento de Comunicación Corporativa, a cargo también de la comunicación externa. Solo el 14% tienen un área específica de comunicación interna y el 5% comparten esta actividad con marketing.

Estos datos muestran una tendencia clara que estamos viendo en los últimos años en España. Probablemente por la influencia de las teorías que nos llegan desde el mercado estadounidense, los departamentos de Recursos Humanos, mantengan esta denominación o adopten otras nuevas como la de Personas o Gestión del Talento, han ido ‘canibalizando’ la función de Comunicación Interna con el probablemente legítimo interés de manejar las herramientas que permitan retener y atraer nuevo talento a la organización, priorizar la explicación de las políticas y los procesos de recursos humanos, y generar mayor grado de engagament entre sus empleados con el afán de que se traslade a la mejora del negocio y a la imagen de la empresa que se traslada a los restantes grupos de interés.

A pesar de estos loables objetivos, el mismo informe nos da una conclusión que puede sorprender a más de uno: cuando la función es gestionada por Recursos Humanos, la efectividad de la comunicación interna desciende por debajo de la media y no consigue una vinculación tan fuerte de los empleados en relación con la misión, la cultura y los valores de la organización.

Entonces, ¿cuál es el mejor modelo? Siendo conscientes de que cada empresa u organización debe adaptarlo a sus estructuras, lo ideal es que haya un equipo específico responsable de la comunicación interna con el suficiente empoderamiento para implementar una estrategia acordada con la dirección de la empresa al más alto nivel que incluya una planificación y unos objetivos ambiciosos.

Esa especialización se refleja en la elaboración y distribución de contenidos, en la gestión de los canales internos de comunicación, en la capacidad de recibir feed back de los empleados, en la definición de las acciones de comunicación coherentes con el relato corporativo y con lo que interesa realmente a los trabajadores, o una visión más amplia de la compañía y su posicionamiento como marca.

Una segunda derivada del tema es si ese equipo especializado de comunicación interna debe estar integrado con el de comunicación externa en un área de Comunicación Corporativa. La experiencia práctica en las empresas que han adoptado este modelo es positiva y genera resultados relevantes para las compañías, especialmente por las sinergias entre ambas funciones, que permiten optimizar recursos y contenidos. Sin olvidar el ‘poder’ y la relevancia que tiene una potente área de Comunicación Corporativa dentro de la organización.

En cualquier caso, la función de comunicación interna es un área de servicio dentro de las empresas y debe estar al servicio del resto de departamentos. Especialmente estrechos deben ser los lazos con Recursos Humanos, pese a que la función se gestione de forma independiente.

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