Muchas de las acciones para promover el bienestar y la felicidad de los empleados que llevan a cabo las organizaciones coinciden con herramientas de comunicación interna. Es más, a nivel organizativo son muchas las empresas en las que la gestión de la satisfacción, el bienestar y la felicidad de los empleados se vincula a las responsabilidades de este departamento.
Y ello es así porque ciertamente existe un vínculo entre la gestión de la comunicación interna y el nivel de felicidad, satisfacción y bienestar que puede alcanzar la plantilla de una entidad. Como indican algunos autores, esto se debe a que la comunicación interna tiene la capacidad de influir de manera positiva a través del fomento del diálogo, el compromiso, el aumento de la eficiencia y la alineación con los objetivos de la empresa.
La comunicación interna, en estrecha colaboración con los responsables de recursos humanos, se ocupa de fomentar la interacción entre los empleados, mejorar la comunicación en el interior de la organización, potenciar la cultura corporativa, detectar tensiones internas e impulsar el cambio organizacional.
Ya sea en la promoción de planes vinculados a la mejora de la salud y la seguridad, medidas para potenciar el bienestar físico y emocional, programas de nutrición y fomento del deporte, eventos culturales y de convivencia, rediseño de espacios de trabajo, medidas de conciliación, políticas de compensación, o campañas de mejora de la experiencia del empleado; el papel de esta área constituye uno de los elementos fundamentales, ya que no solo facilita la implantación del cambio organizacional sino que incide sobre los sentimientos de las personas.
¿A más felicidad más productividad?
Sin embargo, la tendencia de fomentar la felicidad entre las plantillas no está exenta de dudas para los expertos en cultura organizacional. Aunque la felicidad como una forma de impulsar la productividad parece haber ganado una mayor tracción en los círculos corporativos, cuando observamos la investigación al respecto, no está claro que sea siempre una buena idea. Una corriente de investigación muestra algunos resultados contradictorios sobre la relación entre la felicidad y la productividad.
“Cuando vemos nuestro trabajo como una gran fuente de felicidad, nos volvemos emocionalmente vulnerables durante los períodos de cambio. En realidad, es probable que el trabajo, como todos los demás aspectos de la vida, nos haga sentir una amplia gama de emociones. Pretender lo contrario puede empeorar las cosas. Y tal vez cuanto menos busquemos buscar activamente la felicidad a través de nuestros trabajos, más probable será que experimentemos una sensación de alegría en ellos, una alegría que es espontánea y placentera, y no construida y opresiva. Pero lo más importante, estaremos mejor equipados para hacer frente al trabajo de manera sobria. Para verlo por lo que es”, defiende André Spicer, profesor de Comportamiento Organizacional en Cass Business School en Londres, en su artículo “The Research We’ve Ignored About Hapiness at Work” publicado en Harvard Business Review.