Los medios de comunicación, y en especial las redes sociales, han visto incrementada su influencia gracias al desarrollo de las nuevas tecnologías de la información que han ampliado el abanico de posibilidades para informar de una manera más directa, visual e instantánea. Pero es también esta influencia, junto con la abundancia de información, las que han establecido el escenario perfecto para la desinformación y la difusión de noticias falsas en los medios y las redes sociales, como ocurre estos días con la invasión de Ucrania por parte de Rusia.
Las propias instituciones gubernamentales crean su propio relato informativo para influir en la sociedad de una determinada manera. Ahora el papel primordial del ‘poder duro’ del conflicto armado viene acompañado de lo que se conoce como ‘guerra híbrida’, donde la propaganda política y la desinformación adquieren una relevancia determinante para ganar la batalla del relato. Tanto es así que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció el domingo 27 de febrero una decisión contundente: la UE había decidido prohibir la emisión en territorio comunitario de las grandes cadenas rusas de televisión Russia Today y Sputnik. La medida tiene como objetivo frenar “la maquinaria mediática del Kremlin” con la justificación de evitar que los medios estatales y sus filiales no puedan “difundir sus mentiras para justificar la guerra de Putin y para sembrar la división en nuestra Unión”.
La medida fue inmediatamente aplaudida por la ciudadanía de la UE, aunque tod@s seamos conscientes de que la desinformación se extiende como un reguero de pólvora por todos los rincones y es muy difícil de frenar. En un mundo global como el actual, donde la mayoría de la población tiene acceso a la información a través de su móvil, ganar la batalla del relato es primordial. La gran cantidad de noticias a disposición de la población provoca que cada vez sea más difícil discernir la verdad de la mentira, especialmente en las redes sociales, con millones de personas expuestas a noticias falsas, vídeos y fotografías manipuladas que en muchas ocasiones son de difícil detección y que se hacen virales. En tiempos de guerra es más imprescindible que nunca acudir a fuentes de información fiables y verificadas, evitando así que nos cuelen las menos ‘fake news’ posibles.