El blockchain cambiará la forma de gestionar la comunicación

Pocas palabras de traducción fácil como “cadena de bloques” contienen tanta complejidad en sí mismas. El blockchain, como se conoce a la secuencia de información encriptada y trazable que transforma las relaciones humanas que se producen en cadena, es en realidad un avance disruptivo que sitúa y da importancia a la credibilidad de los procesos de intercambio, y lo hace de manera digital, automatizada y sin costes añadidos de transacción.

Esta disrupción, o digámoslo de otro modo, esta oportunidad puede cambiar -y lo hará- la ejecución de las campañas de comunicación digital. Hoy es fácil imaginar, por vivido o por conocido, que una marca o personaje pueda ganar notoriedad en las redes sociales por la vía de la compra de seguidores sin identidad. Esta “milyvanilización” de las estrategias de comunicación, con la adopción de la tecnología blockchain y la verificación de los usuarios reales a quienes una marca quiera llegar, desmontaría toda la “fakenización” de las redes. En consecuencia, las marcas llegarían a sus clientes reales, a menor coste, y probablemente con mayor acierto. Nunca el “menos es más” había tomado mayor sentido. Imaginemos que pudiéramos rastrear otro tipo de informaciones, por ejemplo, las falsas o fake news, las que se generan para modular estados de opinión. ¿Qué ocurriría si blockchain pudiera garantizar quién dice qué y a partir de qué datos lo hace? Es probable que bajáramos el ruido de las redes y aumentáramos la calidad democrática de la era digital, alejándonos de la lucha por el clic y acercándonos más a la batalla por la atención real del usuario digital.

Todo ello representa un reto para las consultorías de comunicación. Si ya lo era adaptarse a la realidad digital en el consumo y gustos del público digital, con la aparición de nuevos medios y nuevas maneras de comunicar productos e ideas, adaptarse a la nueva realidad de una vida concebida en una cadena de bloques obliga también a conocer nuevos canales de comunicación creados por sus usuarios y que tienen la credibilidad que hasta ahora otorgábamos a los medios tradicionales. Para muchas personas “digitales” que comercian con criptomonedas y pasan horas en realidades virtuales, donde hasta son capaces de comprar y vender expectativas en forma de NFT, comunicarse con ellos se les presenta como un reto apasionante.

Las compañías que inviertan en esta nueva realidad deberán encontrar los mejores canales de comunicación para hacer llegar sus productos. Y las consultorías de comunicación, más todavía. En comunicación, más que nunca, los deberes están puestos: digitalizarse y abrirse a conocer cómo las compañías y las instituciones van a relacionarse con la ciudadanía para poder seguir siendo parte del engranaje de una nueva sociedad.

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