Sí, muchas empresas invierten dinero y recursos en la contratación de “embajadores” externos para su marca, servicios o productos. Otras, ¡bien por ellas!, también empoderan a sus empleados para que se conviertan en prescriptores de sus causas. Aquí el problema surge cuando la compañía utiliza un doble lenguaje, según se dirija al público externo o interno. O cuando hay un delay en los canales internos por los que fluye la información. La latencia en la información interna es un error: los empleados no deberían enterarse de algo que les atañe a ellos o a la empresa por alguien externo a la organización.
Y ese riego es mayor en la “nueva normalidad”, la que nos tiene a muchos teletrabajando (que no trabajando mientras vemos la televisión). ¿Cuenta tu departamento de comunicación interna con las herramientas necesarias para compartir información en tiempo real con los empleados? Los compañeros que están en casa, pierden el contacto directo con los líderes internos. Cierto, todos nos reunimos o nos llamamos por videoconferencia, aunque difícilmente van a fluir por ese canal algunas comunicaciones críticas de las que rápidamente tendríamos noticia in situ. También podemos utilizar APLICACIONES MÓVILES DE COMUNICACIÓN INTERNA creadas ad hoc, muy útiles para comunicar de manera efectiva, segmentada, y en tiempo real información imprescindible para cada trabajador o equipo. No cabe duda de que una notificación en el teléfono nos remite a “inmediatez”.
Pero nada de lo expuesto será realmente efectivo si el responsable de Comunicación Interna de la empresa no tiene un sitio en el comité de dirección de la compañía; si la comunicación interna y la externa no hablan con una misma voz, aunque luego adapten el mensaje a sus propios canales. En este sentido, los empleados pueden ser los mejores prescriptores de nuestra marca. Una empresa que fabrica procesadores internos para equipos informáticos puede invertir mucho dinero en publicidad, pero será más poderosa la historia real de uno de sus trabajadores manteniendo durante meses videoconferencias con un orfanato situado en la otra punta del mundo –en el que vive el niñ@ del que lleva mucho tiempo tramitando la adopción– gracias a la tecnología de la compañía.
Las empresas hoy son multiplataforma también cuando comunican y tienen que compartir su historia con la comunidad online. Aquí surge otra duda: ¿Pueden utilizar los trabajadores sus redes sociales con ese propósito? Muchas empresas tienen miedo a perder el control sobre la información, cuando lo único imprescindible es establecer pautas de uso; tener claros los mensajes, el tono y el lenguaje, las palabras clave, etc. Pero, una vez más, no podrán ser nuestros MICROINFLUENCERS si no están al día de lo que concierne a la empresa. Si lo están, serán nuestros mejores embajadores, internos y externos: nos ayudarán a reclutar talento; difundir su propia experiencia con nuestros productos; compartir nuestras iniciativas solidarias; propagar, en definitiva, la buena nueva.
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