Si de comunicación interna eficaz hablamos, escuchar es fundamental. No solo oír, se trata de hacer una escucha activa: ser conscientes de la información de estamos recibiendo y dejar claro a nuestro/a interlocutor/a que el mensaje ha sido recibido y entendido.
La escucha debe ser un hábito porque es necesario escuchar a las personas de la empresa antes de desplegar campañas, crear canales y lanzar contenidos. Es importante prestar atención, tanto al mensaje como a la comunicación no verbal, mostrar una actitud abierta y receptiva, tener la disposición de valorar el mensaje, no perder de vista el contexto y tomarse el tiempo necesario para escuchar a las personas.
Porque los beneficios que conlleva la escucha activa son muchos: mejora la toma de decisiones, ayuda a crear un buen clima laboral porque es el primer paso para resolver los problemas, supone una motivación para lograr los objetivos y aumenta el compromiso con la organización ya que las personas que trabajan en ella se sienten valoradas.
La escucha activa en tiempos de teletrabajo
La pandemia ha traído una nueva forma de organizar el trabajo en las empresas. Se están imponiendo los modelos mixtos, donde se trabaja de forma presencial dos o tres días y en casa el resto. Esto permite que las personas de la plantilla se turnen, limitando el aforo en los centros de trabajo.
Entonces, ¿qué hacemos con los canales y espacios de diálogo cuando las personas teletrabajan? Seguramente, algunos de esos espacios o canales dejen de ser eficientes. Es el momento de potenciar otras herramientas de comunicación interna que permitan que ésta siga siendo fluida y ágil entre la plantilla. Estas herramientas deben tener a la persona en el centro y le deben permitir comunicar sus necesidades, hacer peticiones, compartir información… en definitiva, permitir una comunicación fluida.
No podemos olvidar que, al perder la presencialidad, perdemos una parte fundamental: la comunicación no verbal. Para recuperarla, contamos con herramientas como las videollamadas, que se han convertido en indispensables. Es necesario potenciar su uso, no solo para reuniones formales, también para comunicaciones más informales, reuniones departamentales, de organización del trabajo, de equipos pequeños, de brain storming, una reunión de tú a tú…
Además de las videoconferencias, contamos con herramientas como las aplicaciones de mensajería, los grupos de trabajo en plataformas online que permiten compartir documentos colaborativos, buzones de sugerencias – que deberán tener una gestión impecable-, aplicaciones para móviles, chats de equipos, etc.
Y, por último, nunca deben faltar dos herramientas que siempre funcionan en comunicación interna: transparencia y empatía, también en tiempos de teletrabajo.